Inde que vide las cosas
no pue hacer más qu'eso:
correr, correr y más correr
hista que estuve mu lenjos,
aonde no allega el ruido
ni los quejios del tiempo;
aonde la gente en feliz
por tener solo silencio;
y se platica abonico,
cuasi sin prenunciar.
Tuico suena mu flojico,
las palabricas son gestos,
las mirás son de cariño
y naide es más que naide,
ni a naide l'hace perjuicio.
Era un lugar d'ensueño
de los que están en los llibros
que barruntan utopías
por salirse de los días
tan tristes en que vivimos.
Allí me fuí y no golví;
pos lo d'aquí no es lo mío.
Emilio Soler.