domingo, 3 de abril de 2011

"No voy a ser yo quien diga"

"Lección de fuerza, unión y valentía. El pueblo de Jápón ha enseñado al mundo entero que no hay mal, por muy devastador que sea, que impere sobre la vida".



No he de ser yo, que no,
quien haga brecha en la herida,
ni les niegue la salida
de esta negra situación.

No he de ser yo quien diga
que ellos solitos se bastan,
que ellos solos se levantan
cuando la tierra fustiga

a un país que es como el junco,
que plega hasta ras de suelo
y que, como siempre, luego,
después de pasado el disgusto,

se ponen en pie a caminar,
pues están hechos a todo,
y siempre encuentran el modo
de erguirse con dignidad.

Es tradición escuchar
cómo son sus construcciones,
hechas de mil aleaciones
imposibles de tumbar.

Que ni el mayor terremoto
hace mella en su estructura
y a pesar de su estatura,
apenas les crea algún roto.

Es de lo más cotidiano oír
que ha habido un temblor
y que en la escala de Richter
es de alta graduación,

y apenas se note huella
ni en casas ni en población.
No tiene mayor trascendencia,
ya que hablamos de Japón.

Todavía estoy procesando
lo que vi en televisión
y entender la dimensión
de lo que estaba pasando.

Un maremoto brutal
superando la ficción
arrasó medio Japón
en minutos nada más.

Catástrofe humanitaria
de dimensiones bestiales
y centrales nucleares
amenazando la historia.


Más de diez mil fallecidos,
y no dejan de aumentar,
otros tantos desaparecidos
que hay que desenterrar.

No hay luz ni agua potable,
réplicas continuamente
y el riesgo de radiación
cada vez más evidente.

Ya han pasado tres semanas,
aquí nadie mueve un dedo,
apenas veo asociaciones
que hagan algo por ellos.

Por Haití cantaron todos,
sí se mandaron aviones,
comida, agua, bomberos…
mil movilizaciones.

En Chile o New Orleáns
hemos sido los primeros.
Irak, Libia, Afganistán…
Europa se vuelca con ellos.

Hemos ido a los Balcanes,
hemos llegado hasta Egipto.
Del Golfo ya ni me hables
que ni en recordarlo insisto.
¿Y qué pasa con Japón?
¿No necesitan ayuda?
¿La situación no es tan cruda
para hacer movilización?

¿Nos dan miedo las centrales
por la alta radiación?
Si quisiera pensar mal
me compondría esta versión:

Estamos en una crisis
tan profunda y abismal
que, si una nación tal
como es este país,

sufre una tragedia enorme 
engullida por el mar
y tarda mucho en levantar,
quedamos quietos y conformes

mirando en la distancia.
Nos da tiempo a repuntar,
la ventaja recortar
y, así las potencias cambian

sus puestos en las escalas,
ya no son tan influyentes
ni son ese continente
que antes nos conquistaba.

¡Pero no, no pienso mal!
Eso sería deleznable.
A Japón hay que ayudarle,
Europa no va a escatimar.

Que los países de la Liga,
tengan tan poca decencia
y vayan a su conveniencia,
no he de ser yo quien lo diga.

Emilio Soler Poveda "El Corcho"
29 marzo 2011

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