lunes, 13 de junio de 2011

Yo me indigno, tú te indignas... ¡Y se indigna hista es Señor! (3)

Yo me indigno, tú te indignas…
¡Y se indigna hista er Señor!
To er mundo sigue indignao,
mantienen su condición.
Y yo en mi sano derecho
sostengo mi indignación.

Pues si eres indignao
no quebrantan tus derechos.
Se cuidarán los que mandan
de no tocarte ni un pelo.

Compañero, es tu derecho
y tu deber de indignado
expresar tu indignación
dentro de un supermercado,
bien agrupado, por cierto,
una vez pasao la puerta,
pos ya sabes el decio:
“¡que la unión hace la fuerza!”.



Y lees tu manifiesto
en contra de la política,
pa dimpues coger el cesto
y llenarlo de comida,
y marcharte sin pagar,
¡Que el que cobra es un fascista!
La comida es para ONGs,
¡qué ellos sí la necesitan!

Y te marchas tan campantes,
eso sí, sin la comia,
¡pos solo fartaba eso!,
consumición gratuita.

Y naide te dice na,
nadie toma ahí medias.
Saben con quien se las juegan,
tuico er mundo aquí se cuida.

Si llego a ser yo, ¡mae mia!,
un ciudadano modesto,
con mi vida tranquilica
y mi trabajico honesto,
el que entra al supermercao
a leer un manifiesto…

De entrada los seguratas
me explican de qué va esto…
¡Güeno! Y si lleno el carro
y me marcho sin pagar
estoy recibiendo palos
dende aquí hista Navidad.

Y encima, los pulicias
me detienen y me llevan
a pasar tres días a la sombra
indignao en una celda.

Emilio Soler Poveda “El Corcho”
11 junio de 2011.

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