lunes, 28 de marzo de 2011

"A las chicas más guapas de la radio"

El retazo que aquí les dejo lo improvisé el pasado sábado, 26 de marzo, mientras realizábamos el programa de radio "LA CAJA DE PANDORA". Va dedicado a mis dos compañeras y colaboradoras del programa, Diana e Isa.

"Siempre pensando en la pepla
de pulítica u artualidá,
me se pasan munchas cosas
y las tengo abandonás.

Dende er roal que me dejan
en esta excelsa emisora
voy a lanzar mis palabras
y hacerlas claras y sonoras.

Dedicatoria especial
a nuestras colaboradoras
(Fran, no te lo tomes a mal,
pero hoy se merecen el sitio
de lo que quieo asplicar).

Guapas, bonicas y graciosas,
despiertas e inteligentes,
trayen l'alegría y la luz,
siempre vienen sonrientes.

Grandiosas profesionales
del medio audiovisual,
donde les veo el futuro
divino y mu especial.

En mis versos os agradezco
dedicarnos vuestro talento.
Mi admiración os profeso,
y deseo que vuestra vida
sea como un lindo cuento.

Termino mi intervención,
siempre enredao en mis versos
que hoy vuelan con emoción,
del Corcho para Isa y Diana
mi cariño y admiración.

Emilio Soler Poveda "El Corcho"
26 de marzo 2011.

martes, 22 de marzo de 2011

A mi amigo Antonio Cano "Chitín".

"Porque es parte de mi historia
mi amistad con el ‘Chitín’,
a Dios pido desde aquí
que lo cobije en su gloria”.

“En ‘San josé’ te fuiste, amigo,
con treinta y nueve nada más.
Luchaste a brazo partido
y al final has decidido
que dejabas de luchar.

Te has dejado la vida,
te has dejado de la vida,
te has quedado sin vida,
te has apartado de la vida.

La tristeza, los temores
por fín han desaparecido.
No hay más miedo ni dolores.
Todo se ha desvanecido.

Te marchas sin hacer ruido
tomando la iniciativa.
Tú así lo ha querido,
aunque amargue la partida.

Pero, ¿cómo aceptar tu ausencia,
si aquí tus seres queridos
necesitan tu presencia?
¿Cómo aceptar que te has ido?

Dicen que la gente queda
mientras dura su recuerdo.
Pues dará fuerza el empeño
de tu obra honesta y buena
como hermano, como amigo,
como esposo, como hijo
y como padre entregado.
No te perderás en el olvido.

Siempre irán en mi memoria
los ratos contigo vividos,
y no han de quedar perdidos,
los guardo con emoción
dentro de mi corazón,
hermano y amigo querido”.

A mi hermano y amigo Antonio Cano (Chitín).
Emilio Soler Poveda “El Corcho”
22 de marzo de 2011.

jueves, 10 de marzo de 2011

¡Qué SORTU hemos tenío!

Pequeña soflama, con pelusa y reconcomio, de ver que se cuelan de nuevo, en la política y en los ayuntamientos.

¡Qué “Sortu” que hemos tenio!
S’han arrejuentao otra vez.
Antes eran Batasuna,
y más antes Hache Be.

Pero abora son destintos,
por que abora son más güenos.
No van a hacer travesuras,
van a estar tós mu correctos.
Renuncian a la maldad futura,
pero no a la que ya han hecho.

S’han ajuntao tos los lobos
con buena piel de cordero,
¡qué facil es suavizar
la piel dura de los cerdos!

Lo triste de esta historia es
que puede que ya estén dentro;
de ná sirve la memoria
de las familias de los muertos,
pues la ventaja política
hace buenos a los siniestros.

Solo expresar un deseo,
una esperanza a la vista:
que España tenga la “Sortu”
de que no estén en las listas.


Emilio Soler Poveda “El Corcho”

martes, 8 de marzo de 2011

"Cudiao con las reondicas". Venturas y desventuras de un lomero en la Capital.

Este escrito relata las peripecias sufridas por un pobre agricultor, en su periplo epopéyico por las carreteras de Murcia. 

Tengo yo un conocio
que le llaman “Faltriqueras”,
que vive allá en la Serrana
en er Campo e Ricote
al lao e la carretera.
Vive junto con su hermana,
puisuqe s’ha queao lego.
Tié por nombre Antoñico
(y me rifiero al charnego).

Ella se llama Rimedios,
y se queó sorterona
cuando un novio que teniba
se jué a a trebajar a Francia
a recoger en la vendimia.

El Faltriqueras es güertano
de cuna y nacimiento,
pos alleva trebajando
inde que andaba erecho.
Labrando y regando er campo,
con su furro en los bancales,
escardando, clareando,
recogiendo los frutales.
Criando pollos en su corral,
y toa clase de alimales.

Con tuico lo que se trajina
no tié faltas ni pesares.

Pos resulta que el otro día
tubió que ir a la Capital,
a hacer unas deligencias
en Consumo u en Saniá.
No se ande pijo iba;
no me lo supo explicar.

Yo lo vide mu nervioso,
desinquieto, arterao,
estresao, mu espitoso…
Le ije: “Quieto parao!
No te enervies, Faltriqueras.
Cuéntame que ta pasao.”

Pos resurta, amigo mio,
que me io a la zudiá;
que hace mas de 20 años
que yo no iba pa ná.

Me cogio el R4,
que tié el motor especial,
pos tié lo menos 30 años
y no se queja e ná.

Iba mu embalentonao
y al entrar a la General,
me veo varios carriles
y tuicos iban p’allá.

He defisao munchos coches
cambiando p’acá y p’allá.
No sabía ende ponerme.
Las ocho e la mañana
y la porsaguera montá.

Pos güeno, amigo corchico.
Hasta ahí, la cosa bien.
Iba ya un poco engarrotao
sin allegar a coger los 100.

Antoces, allegando disca Murcia,
ya me queao trastocao:
carteles y mil direrciones;
carriles pa tós los laos.

Yo no sabia que hacer.
Antoces me recorde
de lo dicho por Pujante,
el qu’es correor de fruta,
con el que hablé el dia de antes:

“Cuando esfises ya las casas,
no te pares, tó p’alante.”

Pensandome que ya istaba
cerquica del cornijal,
ande iba con los papeles
entro e la zudiá,
allegé a una reonda
mas rande que un campo e furbol,
que es pa controlar el tráfico
y poer bien transitar.

Pos yo metio en el ajo,
no sabia pa onde tirar,
paraico en el semáforo,
no podia ni respirar.

Mirando pa un lao, pal otro,
pa delante u pa detrás.
Que estao con dolor en el cuello
una semana u más.

¡Aquello paecía una guerra!
Teniba que estar pendiente,
endemas de los otros coches
y semáforos correspondientes,
de las motos, las señales,
los camiones, autocares,
la gente con los zagales,
que se te cruzan sin verlos
y se te montan en lo arto
y viajan sin tocar suelo.

Y’encima había un pulicía,
con su pito y con su gorra
que, anque la luz estaba roja,
con gesto me lo icia:

“Tira p’adelante, cuñeflas.
Estás gobernando el taco.
Como tardes un segundo,
va a saber lo que mando”

Y yo con la confusión
Estaba mu expectante,
sin saber que ecidir,
de si atiendes al color
o al que estaba dando pase.
Con un estao de nervios
que no se lo deseo a naide.

Cuando ya me decidí,
dimpues de mil pitorrás,
de la cara el policía,
de mil maldiciones echás…
Na más c’habia hecho arrancar,
con los ojicos cerraos,
diciendo: sea lo que Dios quiera,
¡El Faltriqueras allá vá!

Me metí en la Reonda
Y me metí de verdá.
Puisque cuando istaba dentro,
con miajica d’alegría
de verme allí tan resuelto:
¡Me vide venir el tranvía
Tuico erechico pa mí!
Y mirando asín pal cielo,
le rezé a San Sebastián:
“¡Arrecogeme en tu seno!
Que d’esta no viá pasar”.

Y m’arreó tu talegazo,
encomedio de to er lao,
que dí varias voltetas,
ejándome mal parao.

Me ejó el cochecico,
arrugao com’una pasa.
Y yo, con el susto en el cuerpo,
ejé el carro en la plaza,
le hice el alto a un tarsi
y me gorví pa mi casa.

Asín que, Corchico, te digo:
Que me he agenciao una furra,
pa abajar a Blanca al mercao
y subirme por la rambla,
que está menos transitao.

Puisque caa vez que veo un zagal
jubando con una rueda,
o esfiso una rueda de carro,
o algo en jorma e redondela,
se me pone el lomo tieso
como lomo e jabalí
de pensar el día tan malo
que yo pasé por allí.

Yo me queo aquí en mi casa,
ande no me farta ná.
Que mentras me acuerde d’el tranvía
a Murcia no abajo más.

Emilio Soler Poveda "EL CORCHO"
5 de marzo de 2011.

lunes, 7 de marzo de 2011

Prisentación prertinente del que esperfolla la retaila.

Mu güenas señores, mu güenas señoras. Aquí me tién ustees, encomencipiando con la tela que los interesa en este mesmo lugal.

      Lo primerico que quiero antes de ná es prisentar a un servior, blanqueño de pura cepa y criao en er Palomo, hijo de Maria Jesús y del maestro Emilio Soler “El Corcho”, perraneo del puel-lo de Blanca inde hace munchos años, y del que he tomao la herencia con muncha honra y muncho orbullo. 

      El asunto que allevamos entre manos no es, ni mas ni menos, que ajuntarnos en vez en cuando, pa esturrear en panocho con el charrar e la güerta las cosas, los sucedios, estropicios u papeletas que vayan pasando en el Puel-lo, en la Rigión u la Nación, en tono alegre, rimao y sin trifulcas con naide pa que tuico er que lo lea se entere e lo que pasa y no se sienta ofendio.

domingo, 6 de marzo de 2011

¡A ver ande dejo er carro!

 
Aquí me tienen  ustees,
en er quijero e la cieca,
aposentao en una piedra
a la orillica e la arqueta
con pantalón remangao
y la gorra en la caeza,
asperando a tener agua
pa levantar el tablacho
y poer regar mi pieza.

Mentras aspero a que allegue
el torrental que me toca
me ponio a trajinar
con el piazo e melondra
que Dios me puso en su dia,
y  que me sirve pa pensar
además de pa llevar la gorra,
pa ver si doy con la tela
d’un asunto que me ronda
y que sus quiero contar.

Con le pepla der tramporte
istá la cosa joia
puisque agüa mesmo hay mas coches
que sitio en la artrovia,
que se gobiernan unas colas,
atascos y polsagueras
que no pues sacar la furra,
ni el carro, ni la carreta.

Pos la gente pa ir al “super”,
que le pilla a cuatro pasos
tié que coger er carromato
puisque trermina cansao.
U pa sacar perras der banco
u pa tomarse un café,
pa ir a comprar tabaco
u pa hablar con el José.
Y  se lian unas tracas
con toas las calles cortás
con los furros tos encomedio,
las carretas trascuzás;
y se piensan que poniendo
las lucecicas d’atrás,
esas que t’hacen guiños
y que son anaranjas
ya tiene uno lecencia
y no estorba en la calzá.    

Y tú, que vienes con prisas
puisque allegas e trabajar,
tiés que asperar a que sargan
con tu  carreta pará.
Y tú que estás esmayao
con la panza alborotá,
y tu parienta en tu casa
con  la comía prepará,
na mas que piensas en el plato
que aluego te vas a endiñar,
te s’acaba la pacencia
y pegas  una pitorrá.

Antoces te sale el menda
con la cara enfurruña,
asin como ofendio
y te suerta la parrafá:
“¡Acho, pos si ties prisa!
¡ha sio un segundo na mas!
Me tomo la caña y sargo,
la tengo recién echá.
¡Si por ahí cabe un camión!
¡Por ahí se pué pasar!”.

Y por muncho que te fijas
No dejas de carcular
el espacio que te quea
y no ves por donde entrar
Antoces el tio ya te remata
con la siguiente parlotá:
“si ves que no puees lo paso yo”
Y’eso ya te furmina
pos como güen conductor,
que sabes las riendas llevar,
pruebas a  pasar por el güeco.
¡Y te viene la cagá!,
puisque dejas la carreta
enganchá y encajoná.
Y  tiés que llamar al seguro
pa que arrel-le la trastá
y allegas tarde a tu casa
y ya ni comes ni ná.  
  
Pa evitar tanto tormento,
trigedias, enfados y disputas,
a tuicos los que mas mandan
en este roal  del Segura
puisque son los que mas saben
y tienen muncha cultura,
que sa’fijen en un parato
qu’estan poniendo en Murcia
pa que tuicos los murcianos
no tengan que sacar la burra.

Es una especie e busano
encarruchao en un ramal
que no hecha dengun humo
puisque va a lertricidá
y pué llevar muncha gente
d’un puntal a otro puntal,
pos te coge en la “Reonda”
y te apeas en la Universidá,
y encomedio del recorrio
ande quieras te pués bajar.

Anque en Blanca está la cosa joia,
puisqu’es un puel-lo pequeño,
y no se pué trayer el “tranvia”
puisque hay pocos dineros
y no ha tocao la loteria,
he pensao en este remedio
que nos va a dar la alegría:

Pos llamamos  al “Minero”
y que los deje la “Alsina”,
aquella qu’era tan vieja
y con forma d’aspirina,
y se puén coger obreros
de los que hacen las obras
de enderezamiento del “Puerto”,
y que caven una zanja
encomedio de to er puel-lo
y le aten una maroma
y asín darle movemiento.

El parato irá pasando,
¡vayan poniendo atención!,
inde el “Arco de Corona”
ista la mesma Estación,
puisque tamien son de Blanca
y van en la “operación”.

Tendrá parada en  los Tollos,
 el Runes y el “Alto Isabel”,
y tamien por el Palomo,
anque se tenga que torcer.
Por tuica la calle Gran Via
tamien se pordrá coger
pa poder ir a la caja
o a la farmacia de “Daniel,
anque si ese día no tiene  guardia,
como va a la “Punta el puel-lo”
te vas a la de Francisco
o vas a la de María José.

Allegando  por el “Trux”
siguiendo la carretera
habrá  parada en la curva
pa pelarte en ca “Carreras”.

Ya  pasao el Barrio d’el Café
la cosa irá mas corria
puisque solo hay que parar
en la puerta e la “Central”
al lao de la “Serrería”
y allegará tuico to tieso
a tuico er “campo de Blanca”
pa que lor de aquel roal
no tengan denguna farta.

Y’esta es la idea que he tenio.
Si les paece bien la dejo,
 y si no, no pasa ná,
que como icia aquel cazaor
c’habia matao un conejo:
“ya que lo tengo lo pelo
y le quito to el pellejo,
me lo hago con arroz
y asín le saco provecho”.

Güeno, señores, los dejo,
mu contento y mu orbulloso,
que como icia mi paere:
“son cosas de Emilio El Corcho”.

¡¡VIVA SAN ROQUE!!        

Emilio Soler Poveda “EL CORCHO”
25 de enero de 2010