martes, 8 de marzo de 2011

"Cudiao con las reondicas". Venturas y desventuras de un lomero en la Capital.

Este escrito relata las peripecias sufridas por un pobre agricultor, en su periplo epopéyico por las carreteras de Murcia. 

Tengo yo un conocio
que le llaman “Faltriqueras”,
que vive allá en la Serrana
en er Campo e Ricote
al lao e la carretera.
Vive junto con su hermana,
puisuqe s’ha queao lego.
Tié por nombre Antoñico
(y me rifiero al charnego).

Ella se llama Rimedios,
y se queó sorterona
cuando un novio que teniba
se jué a a trebajar a Francia
a recoger en la vendimia.

El Faltriqueras es güertano
de cuna y nacimiento,
pos alleva trebajando
inde que andaba erecho.
Labrando y regando er campo,
con su furro en los bancales,
escardando, clareando,
recogiendo los frutales.
Criando pollos en su corral,
y toa clase de alimales.

Con tuico lo que se trajina
no tié faltas ni pesares.

Pos resulta que el otro día
tubió que ir a la Capital,
a hacer unas deligencias
en Consumo u en Saniá.
No se ande pijo iba;
no me lo supo explicar.

Yo lo vide mu nervioso,
desinquieto, arterao,
estresao, mu espitoso…
Le ije: “Quieto parao!
No te enervies, Faltriqueras.
Cuéntame que ta pasao.”

Pos resurta, amigo mio,
que me io a la zudiá;
que hace mas de 20 años
que yo no iba pa ná.

Me cogio el R4,
que tié el motor especial,
pos tié lo menos 30 años
y no se queja e ná.

Iba mu embalentonao
y al entrar a la General,
me veo varios carriles
y tuicos iban p’allá.

He defisao munchos coches
cambiando p’acá y p’allá.
No sabía ende ponerme.
Las ocho e la mañana
y la porsaguera montá.

Pos güeno, amigo corchico.
Hasta ahí, la cosa bien.
Iba ya un poco engarrotao
sin allegar a coger los 100.

Antoces, allegando disca Murcia,
ya me queao trastocao:
carteles y mil direrciones;
carriles pa tós los laos.

Yo no sabia que hacer.
Antoces me recorde
de lo dicho por Pujante,
el qu’es correor de fruta,
con el que hablé el dia de antes:

“Cuando esfises ya las casas,
no te pares, tó p’alante.”

Pensandome que ya istaba
cerquica del cornijal,
ande iba con los papeles
entro e la zudiá,
allegé a una reonda
mas rande que un campo e furbol,
que es pa controlar el tráfico
y poer bien transitar.

Pos yo metio en el ajo,
no sabia pa onde tirar,
paraico en el semáforo,
no podia ni respirar.

Mirando pa un lao, pal otro,
pa delante u pa detrás.
Que estao con dolor en el cuello
una semana u más.

¡Aquello paecía una guerra!
Teniba que estar pendiente,
endemas de los otros coches
y semáforos correspondientes,
de las motos, las señales,
los camiones, autocares,
la gente con los zagales,
que se te cruzan sin verlos
y se te montan en lo arto
y viajan sin tocar suelo.

Y’encima había un pulicía,
con su pito y con su gorra
que, anque la luz estaba roja,
con gesto me lo icia:

“Tira p’adelante, cuñeflas.
Estás gobernando el taco.
Como tardes un segundo,
va a saber lo que mando”

Y yo con la confusión
Estaba mu expectante,
sin saber que ecidir,
de si atiendes al color
o al que estaba dando pase.
Con un estao de nervios
que no se lo deseo a naide.

Cuando ya me decidí,
dimpues de mil pitorrás,
de la cara el policía,
de mil maldiciones echás…
Na más c’habia hecho arrancar,
con los ojicos cerraos,
diciendo: sea lo que Dios quiera,
¡El Faltriqueras allá vá!

Me metí en la Reonda
Y me metí de verdá.
Puisque cuando istaba dentro,
con miajica d’alegría
de verme allí tan resuelto:
¡Me vide venir el tranvía
Tuico erechico pa mí!
Y mirando asín pal cielo,
le rezé a San Sebastián:
“¡Arrecogeme en tu seno!
Que d’esta no viá pasar”.

Y m’arreó tu talegazo,
encomedio de to er lao,
que dí varias voltetas,
ejándome mal parao.

Me ejó el cochecico,
arrugao com’una pasa.
Y yo, con el susto en el cuerpo,
ejé el carro en la plaza,
le hice el alto a un tarsi
y me gorví pa mi casa.

Asín que, Corchico, te digo:
Que me he agenciao una furra,
pa abajar a Blanca al mercao
y subirme por la rambla,
que está menos transitao.

Puisque caa vez que veo un zagal
jubando con una rueda,
o esfiso una rueda de carro,
o algo en jorma e redondela,
se me pone el lomo tieso
como lomo e jabalí
de pensar el día tan malo
que yo pasé por allí.

Yo me queo aquí en mi casa,
ande no me farta ná.
Que mentras me acuerde d’el tranvía
a Murcia no abajo más.

Emilio Soler Poveda "EL CORCHO"
5 de marzo de 2011.

1 comentario:

  1. jajaja,

    este es buenísimo macho!!!
    estoy ansioso esperando ya el siguiente!!!

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