¡LLEVAR CUDIAO CON LA CHERRA!

“¡Llevar cudiao con la cherra!”

 – dijo el agüelo al zagal –

“No t’arrimes a la becerra;

eja en paz al animal”.

“Que esa cherra está corria

y sabe ya más que na,

y’en cuanti mesmo t’escuies

al suelo vas a parar.

 Anque tenga cuernos cortos

y no te puea punchar,

te pue morder el pescuezo

u arrearte una patá”.

-“¡Que sí, agüelo, que sí!

Muncho cudiao vi’a’llevar.

Si via estar en la barrera,

ni siquiá me vi’arrimar.

 Lo sumo, cuando la vea

que se vaya mas p’allá,

sargo una miaja e la valla.

¡Si es pa reirnos na más!”.

Al día siguiente, en la casa

recordando la monserga,

está el zagal sin moverse,

con este parte de guerra:

 Diez lañas, del cabezazo

que se arreó en los tablones

huyendo del animal,

dimpues d’hacerle un recorte.

 Cuartro moraos en las costillas

cuando, al primer revolcón,

estando tirao en la arena,

la cherra lo pateó.

 Un bocao en el pescuezo

y’otro encomedio la oreja;

diez es.sollones diversos

repartios en su pelleja.

 Y perdidas materiales

por culpa de la refriega:

la correa del reloj

y toas las moneas suertas,

un bambo y un calcetín

y la camiseta nueva,

regalo de cumpleaños,

y que abora es de la cherra.

Moraleja:

Hazle casico a tu agüelo

cuando te de su monserga,

que anque sea mu pesao,

ha corrio más que la cherra.